Suena el despertador temprano, hoy nos vamos a Italia, volvemos a conocer el norte del Tirol y otras ciudades.
No nos importa madrugar, vamos a coger un vuelo y eso siempre es un buen momento por lo que no hay sueño, hay felicidad, curiosidad por lo que veremos…
Yo (Davinia) volvería a la ciudad de Venecia después de 13 años, la primera vez fui con el cole, de eso ya hace algunos años y tenía muchas ganas de volver allí, creía que no iba a recordar nada, pero lo recordaba todo a la perfección, es por eso que nos ayudó a la hora de situarnos, etc.
Llevábamos tiempo también en volver a Italia a la región de los Dolomitas. Mi padre fue hace ya algunos años y recuerdo una foto en la que sale de unas grandes montañas rodeado de verde, es por ello que con motivo de San Valentín regalé a Cristian este viaje. No es que seamos de celebrar mucho este día, pero cualquier excusa es buena para regalar viajes! 😉 En el último momento también se vino mi cuñi, Vanesa y los tres pasamos unos días increíbles!
Nuestro vuelo salía sobre las 12 y madrugamos por que teníamos que pasar a recoger a mi cuñada y dejar el coche en un parking muy cerca del aeropuerto. Os recomiendo para todos los que frecuentáis el aeropuerto del Prat – Barcelona el aparcamiento de Air Parking (MundiAuto), son precios más competitivos que en el mismo aeropuerto y tiene servicio gratuito de transfer las 24h. Las reservas se hacen incluye y tienes la opción de elegir donde quieren que aparquen tu coche (exterior/interior), servicio de lavado y otros servicios.
Una vez dejamos el coche e el parking y nos llevan hacia la T2 aprovechamos para desayunar mientras esperamos a que salga nuestro avión con la compañía Ryanair. El avión se dirige hacia Milán-Bérgamo, ya sabéis que las compañías de low cost no suelen parar en aeropuertos principales. A nosotros nos iba genial por que íbamos en esa dirección.

Después de poco algo más de horas y de retraso, esta vez no fue por Ryanair si no por Norwegian que no salió su avión con destino a Islandia a tiempo y esa era nuestra misma puerta, algo que no entiendo, porque el resto estaban vacías, ya habían despegado todos los vuelos programados. Así tuvimos que esperar y si salía nuestro avión a las 12:05 salimos cerca de la 13:15h, eso ya nos fastidió un poco ya que ese día teníamos que ver Verona y le tenía muchas ganas.
Por fin llegamos a Bérgamo. Salimos corriendo para ir a por el coche y que habíamos alquilado como siempre con Rentalcars, y una vez llegamos al mostrador de Firefly cogimos el ticket y para nuestra sorpresa tuvimos que hacer cola algo más de 2 horas, un desastre, sólo había una chica en el mostrador y eso nos hizo perder mucho tiempo y sólo teníamos ese día para visitar Verona. Lo bueno es que nos dieron un coche mejor del que teníamos, nos preguntaron cuantos éramos y al decirle 3, nos dieron un Passat Wagon, por lo que fuimos la mar de cómodos durante todo el viaje y lo mejor de todo es que apenas consumía. Nos ponemos rumbo a Verona!
Después de poca más de una hora llegamos a la preciosa ciudad de Verona. Lo primero que hicimos es ir dirección a nuestro alojamiento que habíamos cogido a través de booking, aunque no era un hotel si no un apartamento particular. Como ya os comenté en el anterior post de nuestra ruta, el alojamiento estaba fenomenal, pero la vecina del bajos estaba totalmente ida y nos gritó nada más llegar con que volviéramos a España y eso que intentamos mediar con ella y explicarle que no íbamos hacer ruido que veníamos a visitar la ciudad, pero nada oye nos pego un portazo y nos dijo de todo en Italiano por supuesto! No es que entendiéramos, pero algunas palabras se entienden y sobretodo deducimos que nos puso finos por la manera de expresarse y gesticular! Nuestro apartamento se llamaba Matilde’s House y nos costó una noche 80€ los tres. Lo escogimos por la proximidad al centro y es que puedes ir andando, pero mejor en coche, no tardamos ni 10 minutos.
Llegamos al centro histórico de Verona, la ciudad de Romeo & Julieta, seguro que os suena verdad? William Shakespeare hizo que Verona fuera la protagonista del amor de ambos. Para muchos una historia de amor verdadera, pero su final no es del todo de los más felices…
Verona es una ciudad hermosa donde las haya, superó nuestras expectativas sin duda, de hecho un día, bueno con los retrasos tuvimos media día, que sea poco para visitarla, por lo que seguro que la visitamos con calma muy pronto. Está rodeada de colinas y cruza el Río Adigio que la hace más romántica pasear por su casco antiguo.
Aparcamos en la parte izquierda del río un poco arriba del todo, ya que era aparcamiento gratuito y bajamos andando. Nada más salir del coche ya se podía ver aquellas callejuelas cuidadas al mismo detalle, no sé para los que habéis estado en la Toscana, pero me recordó mucho. Esa sensación de volver a Italia, donde cada ciudad es más bonita que la anterior…

Eran las 16:30h de la tarde y como no queríamos perdernos la famosa casa de Julietta fuimos directos al grano y justo estaban cerrando en ese momento. Al parecer había un evento exclusivo para la Jetset italiana, vimos entrar a muchos de ellos y a cada cual era más elegante. Le dijimos al guardia que nos dejara corriendo hacer un par de fotos al típico balcón, tampoco teníamos intenciones de entrar, íbamos con el tiempo justo, pero nos dijo que no, así que mala suerte, nos conformamos haciendo una foto desde fuera. Desde la puerta cerrada, se apreciaba en el pasillo las paredes llenas de carteles, notas y corazones, todas ellas cartas de amor, que romántico!
No alcanzamos a leer mucho, pero gracias al zoom de la cámara pudimos leer algunas de amor y otras de desamor.

Como dato curioso, como son tantos los turistas que visitan esta zona, los carteles tiene que cambiarlos dos veces al año, la primera las quitan el día de San Valentín y la otra en el cumpleaños de Julieta, el 17 de septiembre, por lo que ya sabéis si queréis que vuestra nota se vea, podéis ir algunas de esas dos fechas! Nosotros como podéis ver no habían tantas notas, igual las han quitado mucho antes de lo esperado!
Os dejo unas fotos de un amigo que pudo verlo en directo para que os hagáis una idea.
Hay muchas historias sobre esta historia pero ninguna acaba de decirnos la verdadera historia de esta casa. Lo único que podéis encontrar es que esta casa perteneció a una familia de poder de Verona de apellido llamados «Dal Capello», de ahí la leyenda popular de los «Capuletos». También se dice que ese balcón fue creado posteriormente y para dar más veracidad a la gran obra literaria.
Después de llevarnos un chasco, decidimos que no nos iba a aguar la fiesta y es que sinceramente, creo que en Verona hay miles de cosas más bonitas y con más historia a ver que este lugar (no es por despecho, eh! jeje). Sinceramente es un reclamo turístico innecesario si vas con el tiempo justo.
Simplemente pasear por las calles, observar la arquitectura, la estructura de las calles, los balcones con flores… son lo más romántico. No se si es que ese día estaba un poco «ñoña» pero me pareció de lo más bonito que había visto en cuanto a ciudades.
Generalmente las calles son estrechas y casi todas acaban por desembocar en alguna plaza. La más conocida la Piazza delle Ebre.

Estamos en Italia y hay mucha afluencia romana, pero poco queda en cuanto a estructuras, en la misma plaza nos encontramos una fuente con una estatua de aquella época, la Madonna de Verona que otro de los reclamos turísticos junto a la casa de Julieta. No sé por que motivo no encuentro las fotos que le hipismo, así que os muestro una de Google.

Como os he comentado, Verona está dividido por el Río Adigio. Nosotros entramos por el famoso y más antiguo Ponte Pietra, por lo que he leído es más antiguo aún que el anfiteatro romano.

Justo al otro lado del puente nos encontramos con la colina de San Pietro, si subís a lo alto podréis observar las mejores vistas panorámicas de la ciudad.

La verdad es que es imprescindible subir para obtener las mejores vistas. Justo decidimos antes de que cayera el sol.

Después de un rato cuando empezó a caer el sol bajamos y volvimos a pasar por el Puente y ya fuimos callejeando que agradecimos ya que ese día nos hizo mucho sol y la calor agota un poco.

Los comercios empezaban a cerrar y fuimos directos a ver el Arena de Verona, no entramos de hecho ya estaban cerrando, pero rodeamos sus calles. Tampoco hicimos fotos, así que os mostramos una de Google.

Después de seguir caminando y callejear decidimos pegarnos un homenaje y cenar en la misma plaza delle Ebre. Teníamos hambre y por supuesto ganas de pasta y un buen moscato. La cena no era de las más baratas pero si de una calidad excelente.
Después de cenar, decidimos dar un paseo por sus tranquilas calles y comernos un helado. Nuestro primer día había llegaba a su fin, después de todos los contratiempos no pudimos ver todo lo que queríamos, pero nos hicimos una idea de lo que se puede ver en esta ciudad.
Hasta pronto Verona…
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Una respuesta a “ITALIA – VERONA- DÍA 1”